EL DIOS QUE YO CONOZCO

1.22. Dios confirmaba la autoridad del profeta

Dios confirmaba la autoridad de los hombres que él llamó al cargo profético con el mensaje que entregaban:

"Y Samuel creció, y Jehová estaba con él, y no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras. Y todo Israel, desde Dan hasta Beerseba, conoció que Samuel era fiel profeta de Jehová. Y Jehová volvió a aparecer en Silo; porque Jehová se manifestó a Samuel en Silo por la palabra de Jehová" (1 Samuel 3:19-21),

Con señales sobrenaturales

"Alzó luego el manto de Elías que se le había caído, y volvió, y se paró a la orilla del Jordán. Y tomando el manto de Elías que se le había caído, golpeó las aguas, y dijo: ¿Dónde está Jehová, el Dios de Elías? Y así que hubo golpeado del mismo modo las aguas, se apartaron a uno y a otro lado, y pasó Eliseo. Viéndole los hijos de los profetas que estaban en Jericó al otro lado, dijeron: El espíritu de Elías reposó sobre Eliseo. Y vinieron a recibirle, y se postraron delante de él" (2 Reyes 2:13-15),

Con el cumplimiento de sus predicciones:

"si el profeta hablare en nombre de Jehová, y no se cumpliere lo que dijo, ni aconteciere, es palabra que Jehová no ha hablado; con presunción la habló el tal profeta; no tengas temor de él" (Deuteronomio 18:22).

"El profeta que profetiza de paz, cuando se cumpla la palabra del profeta, será conocido como el profeta que Jehová en verdad envió" (Jeremías 28:9).

y con la conformidad de sus enseñanzas con la voluntad de Dios ya revelada:

"Cuando se levantare en medio de ti profeta, o soñador de sueños, y te anunciare señal o prodigios, y si se cumpliere la señal o prodigio que él te anunció, diciendo: Vamos en pos de dioses ajenos, que no conociste, y sirvámosles; no darás oído a las palabras de tal profeta, ni al tal soñador de sueños; porque Jehová vuestro Dios os está probando, para saber si amáis a Jehová vuestro Dios con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma" (Deuteronomio 13:1-3).

"¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido" (Isaias 8:20).

Aunque estaban sujetos a pasiones semejantes a las de otros seres humanos, sus vidas reflejaban los elevados principios de lo que testificaban.