Son la predicciones que surgieron de la situación histórica inmediata y que sólo se relacionaban con ella o con los acontecimientos que estaban a punto de ocurrir.
Tales fueron las profecías de Jeremías en cuanto a los yugos de hierro y de madera (Jeremías 28), su compra simbólica de un campo cerca de Anatot (cap. 32), y su predicción de la muerte del falso profeta Hananías (cap. 28: 15-17).
Así también Ezequiel sitió en forma simbólica un adobe en el mercado de Tel-abib (Ezequiel 4 y 5).
Amós amenazó a las naciones vecinas a Israel (Amós 1 y 2).
Nahúm predijo la caída de Nínive (Nahúm 2 y 3).