Primero, se aplican a una situación local e histórica; segundo, se aplican al Mesías y a su reino.
Las profecías de esta cuarta categoría son las que más fácilmente resultan mal entendidas y mal aplicadas. Esto ocurre a menudo por no comprender que ciertas profecías tienen un aspecto doble.
En las Escrituras abundan las ilustraciones de profecías que tienen doble aplicación: