EL DIOS QUE YO CONOZCO

14.04. JONÁS - Tema

El libro de Jonás es el único entre los doce así llamados profetas menores que tiene forma de relato. Relata la misión de Jonás a la ciudad de Nínive para anunciar su pronta destrucción por causa de sus pecados.

El profeta alberga dudas y está perplejo en cuanto al mandato que Dios le ha dado de que fuera a Nínive. El mero pensamiento de dirigirse a esa gran metrópoli, las dificultades y aparentes tropiezos de la tarea, hicieron que rehuyera llevar a cabo la misión divina y que pusiera en duda la sabiduría de esa empresa. Por no haber estado a la altura de la fe vigorosa que lo habría llevado a darse cuenta de que juntamente con el mandato divino venía el poder celestial para cumplirlo, Jonás se sumergió en el desaliento, el temor y la desesperación.

Conociendo la bondad y longanimidad de Dios, Jonás también temió que si daba el mensaje divino, y los paganos lo aceptaban, no sucedería la amenazante destrucción que pronunciaba sobre ellos. Esto sería para él una gran humillación, como en realidad sucedió, y no la pudo soportar (cap, 4: 1-2).

Al principio desobedeció, pero por medio de una sucesión de acontecimientos fue inducido a cumplir con la misión. Los habitantes de Nínive se arrepintieron, y por un tiempo abandonaron sus pecados. Se enojó Jonás, pero Dios justificó la bondad divina.

Entre las lecciones enseñadas por la profecía de Jonás está la verdad que afirma que la gracia de Dios trae salvación a todos (Tito 2: 11), que ciertamente no estaba limitada a los judíos, sino que había de ser revelada también entre los paganos. "De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida" (Hechos 11: 18).

Como Pedro (Hechos 10), Jonás llegóa entender a regañadientes que Dios estaba listo para recibir de entre todas las naciones a los que se volviesen a él.

Refiriéndose a "los hombres de Nínive" que respondieron a la exhortación de Jonás al arrepentimiento, Jesús condenó a los judíos orgullosos y farisaicos de sus días (Mateo 12: 41; Lucas 11: 32) y a todos los demás que, en su complacencia religiosa y falso sentido de seguridad espiritual, se engañan a sí mismos pensando que son el pueblo favorito de Dios, y que eso les asegura la salvación.

Jesús empleó lo que le ocurrió a Jonás en el mar como una ilustración de su muerte y resurrección (Mateo 12: 39-40). Su referencia al libro de Jonás confirma la veracidad del libro.

Los expositores del libro de Jonás han seguido dos clases de interpretaciones:

(1) la histórica, y

(2) la alegórica.

El segundo método ha sido adoptado por los que niegan la posibilidad de los elementos milagrosos del libro. Lo califican de distintas maneras: leyenda, mito, parábola o alegoría. Para el que cree en los milagros, el segundo método de interpretación es innecesario e inútil.

A favor del punto de vista histórico se han presentado los siguientes argumentos:

1. La narración deja al lector con la impresión de que es histórica. No hay indicio alguno de que el autor tuviera la intención que fuera considerada de otra manera.

2. Jonás es un personaje histórico (2 Reyes 14: 25).

3. Los judíos consideraban el libro como histórico (Josefo, Antigüedades ix.10. 1-2).

4. La conversión de los ninivitas es verosímil.

5. La información en cuanto a las dimensiones de Nínive puede armonizar con datos históricos conocidos.

6. Las referencias de Jesús al libro (Mateo 12: 39-40; Lucas 11: 29-30) muestran que nuestro Señor lo consideró como histórico.