El profeta Ezequiel, también sacerdote, fue uno de los 10.000 judíos llevados al exilio por Nabucodonosor en 597 a. C., cuando el rey Joaquín fue llevado a Babilonia.
En el 5.º año del cautiverio de Joaquín, 593/92, Ezequiel tuvo su primera visión junto al "río Quebar", un canal que se encontraba cerca de la famosa ciudad de Nippur, al sur de Babilonia (cap. 1: 1-3).
La afirmación de que ese 5.º año del cautiverio también era el "año treinta", resulta enigmática. Se cree que el profeta hace referencia a su propia edad o a los 30 años transcurridos desde la reforma que ocurrió durante el 18.º año de Josías. Varios de los mensajes del profeta llevan fecha exacta y el último de esos mensajes proféticos que llevan fecha fue recibido en el año 27 del cautiverio de Ezequiel (cap. 29: 17), 571/70.
Esto le atribuye a Ezequiel un ministerio de por lo menos 22 años, desde 593/92 hasta 571/70. Sin embargo, es posible que algunas de sus profecías que no tienen fecha hubieran sido dadas posteriormente. Por lo tanto, no es preciso considerar que el año 571/70 fue necesariamente el último de su ministerio.