El propósito principal de Amós fue llamar la atención del pueblo de Dios a sus pecados y, hasta donde fuera posible, instarlo al arrepentimiento.
Así como el espíritu de Pablo se conmovía en Atenas cuando vio cuán completamente la ciudad estaba, entregada a la idolatría, así también Amós debe haberse conmovido por el lujo y los pecados que él describe tan vívida y detalladamente.
Reprendió los pecados causados por la prosperidad material, los despilfarros, las orgíasy el libertinaje de los ricos, los cuales oprimían a los pobres y pervertían el derecho mediante cohechos y extorsiones.
Amós presta más atención a los detalles y a las circunstancias de las iniquidades, que Oseas. Su estilo es gráfico en toda su profecía, y revela los pecados en los acontecimientos de la vida diaria del pueblo. Ninguna mala práctica parece haber quedado excluida de su atención.
Consideraba su deber amonestar a Israel, a Judá y a las naciones circunvecinas, acerca de los castigos divinos que sin duda vendrían sobre ellas si persistían en su iniquidad. Sin embargo, su libro termina con un cuadro glorioso del triunfo final de la justicia sobre la iniquidad.