Amós fue llamado para cumplir su misión en un tiempo cuando Israel y Judá eran prósperos.
En los días de Jeroboam II Israel estaba en el punto máximo de su poder. Jeroboam había derrotado a los sirios y ensanchado el territorio del reino del norte hasta el límite septentrional que había tenido cuando el reino estaba unido. Se extendía desde Hamat, en el extremo norte, hasta el mar Muerto (2 Reyes 14: 25-28).
En cuanto a Judá, el rey Uzías había subyugado a los idumeos y a los filisteos, había sometido a los amonitas y promovido la agricultura y las artes nacionales propias de los tiempos de paz; había creado un ejército grande y poderoso y fortificado mucho a Jerusalén (2 Crónicas 26: 1-15).
Indudablemente que Israel, a salvo de enemigos extranjeros y fuerte interiormente, se sentía seguro contra todo peligro o destrucción. Es verdad que el creciente poder de Asiria llamaba la atención, pero parecía muy difícil que atacase a Israel.
Los frutos naturales de la prosperidad: orgullo, lujo, egoísmo, opresión, maduraban lozanamente en ambos reinos. Sin embargo, la situación de Israel era peor por causa del culto al becerro, que había sido instituido por su primer rey, Jeroboam I (1 Reyes 12: 25-33). Sin duda, este culto al becerro fue la razón por la que tanto Amós como Oseas fueron comisionados para dirigir sus profecías, especialmente contra el reino del norte.
Como Uzías fue rey de Judá desde 767 hasta 750 a. C., y Jeroboam II lo fue de Israel desde 782 hasta 753 a. C., es probable entonces que el ministerio deAmós transcurriera en algún tiempo entre 767 y 753 a. C. No hay indicio alguno en el libro en cuanto a la duración de su obra profética activa.
La declaración "dos años antes del terremoto" (cap. 1: 1) no nos ayuda, porque no hay manera de descubrir cuándo sucedió ese terremoto. Sin duda Amós fue contemporáneo del profeta Óseas, pero de mayor edad.