Este libro parece haber sido escrito durante un tiempo de terrible apostasía, quizá durante la última parte del reinado de Manasés, durante el reinado de Amón o durante la primera parte del reinado de Josías.
Es muy probable que el ministerio de Habacuc siguiera más o menos de cerca al ministerio del profeta Nahum. Esta opinión tiene a su favor el lugar en que está colocado el libro tanto en el canon hebreo como en el griego.
En términos generales, los males que Habacuc atribuye a su pueblo y de los cuales se queja, también corresponden con este período. Por lo general, la fecha 630 a. C. ha sido asignada a su profecía (ver: 3.12. HABACUC).
El profeta bien conocía la crisis que Babilonia pronto habría de provocar a su pueblo por causa de sus pecados, una crisis que finalmente resultaría en el cautiverio de Judá. Habacuc amonestó anticipadamente a la nación en cuanto a esa crisis, y también predijo el castigo divino sobre la Babilonia idólatra e inicua, el enemigo de Dios y de su pueblo.